Llegó el momento. Pensé
que este día no llegaría pero al final…
Deja atrás otra etapa de
su vida para comenzar una nueva, y eso es difícil. Buenos y malos momentos
compartidos alguna que otra travesura y miles de recuerdos que de vez en cuando
se agolpan en mi memoria como queriendo salir, intentando detener el tiempo,
intentado evitar la marcha. Recuerdos para ser contados permitiendo que una
lágrima se escape por mi mejilla. Recuerdos que, aunque parezcan cercanos,
nunca podrán ser olvidados.
Se ha ido, deben partir y
por más que quiera no puedo detener lo inevitable. Me deja su alegría, su risa,
sus gestos y también sus lágrimas. Todo ello guardado en mi corazón, siendo
luciérnagas que iluminen mis pensamientos cuando me invada la tristeza de saber
que ya no estará.
Sólo espero haberlo hecho
bien, que todo lo que le he enseñado, lo que hemos compartido, lo que juntos
hemos vivido le sirva en su vida. Sabes donde encontrarme, que el paso del
tiempo no te haga olvidar a tu antiguo profesor, espero que perdure en tu
memoria las clases de alternativa en las que eras mi único alumno, los
partidillos de fútbol en el recreo, las conversaciones en el comedor de cómics,
fútbol y superhéroes, las excursiones…
Que algún día, cuando seas
adulto, algo te recuerde a un antiguo profesor, ojalá que ese recuerdo esboce
una sonrisa en tu rostro
Fue un placer enseñarte.
“Padres formidables, conllevan tener hijos maravillosos”