He pasado de ser un profesor de
“guetos” (como dice mi mujer) a maestro de Escuelas Unitarias.
Comenzamos curso y como siempre
tengo que esperar a mediados de septiembre para que me den destino. Entré el último
de los que citaron por primaria, con lo que me han dado lo que nadie quería. Yo
me conformo con trabajar, que en estos tiempos que corren ya es un logro
importante.
Cuando vi el colegio que me
habían asignado, rápido llamé a mi amigo, el bueno de Manuel, pues el ha estado
trabajando durante varios años allí y justo cambio de centro este año (que pena
no haber coincidido juntos). Rápido me puso al corriente del centro y acertó
con el curso que me iba a tocar.
Mi buen amigo Manuel ha vivido,
nunca mejor dicho, mucho en este centro. Un accidente de tráfico de camino a este pueblo estuvo a punto de truncar su vida. Pero la vida da segundas oportunidades, sobre
todo a la gente buena, a los superhéroes, a los que tienen una misión en esta
vida en sus trabajos. Manuel es una gran persona además de un buen maestro. Es
un superhéroe de los que día a día trabaja en las “trincheras” cambiando el
mundo a mejor. Por eso, después de ese terrible accidente volvió a nacer, la
vida sabe que este mundo necesita profesores como Manuel, pues aun tiene muchas
misiones por cumplir. Hoy en día sigue al pie del cañón y como muchos otros
sacando adelante a sus alumnos.
Al día siguiente de nombrarme, mi mujer, mi hija,
su inseparable peluche de “Pepa Pig” y yo cogimos el coche y decidimos ir a
localizar el centro.
Un pueblo muy pequeño, con un
colegio pequeño rodeado de campos y con las ovejas campando a su alrededor.
Vuelvo a trabajar en la escuela
unitaria y hay muchos aspectos que me recuerdan a otro centro en el que estuve
trabajando, aunque también hay diferencias:
- Antes tenía una distancia de
84 km ida y 84 de vuelta. Ahora son 44 km solo de ida
- Antes tardaba casi una hora y
media. Ahora media hora
- Antes era conducir por
carretera de doble sentido. Ahora por autovía
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Recuerdo esos paisajes de
castaños que cambiaban de color a medida que pasaba el año, ese paisaje de
montaña con su microclima tan característico, los buitres, águilas y demás
rapaces posadas en los postes esperando cazar alguna presa, la nieve siempre
presente en las cumbres de Gredos…,ahora solo son campos de cultivo, cepas y
olivos en el paisaje.
Aun así trabajar en una Escuela
Unitaria, implica esforzarse muy duro todos los días, pues tener varios niveles
en una misma clase no es tarea fácil. Trabajas el doble y el triple que en
cualquier centro ordinario, eso lo sabe bien todo aquel que ha trabajado o
trabaja en este tipo de centros y después de haber estado un año sabático en el
colegio del curso anterior cuesta coger una dinámica distinta.
No se hasta que punto
deberían de tener en cuenta el profesorado que trabaja en estos centros, pues
aunque hay menos niños, eso si es verdad, el trabajo académico, curricular,
pedagógico, institucional y burocrático, sumado con la complejidad que implica
dar clase a distintos niveles con ACNEES incluidos, supone un esfuerzo elevado
al cubo.
Desde mi punto de vista los
maestros de la Escuela Unitaria junto con los maestros de centros de Difícil
Desempeño, suponen la élite del profesorado, el SWAT de la enseñanza, la
Guardia Pretoriana de la Educación. Yo por suerte o por desgracia he formado
parte de las dos. Nadie reconoce el compromiso, dedicación y labor que
realizamos en estos centros, al contrario, te desmitifican, critican e incluso
te juzgan a diario. No se que tendrán las unitarias pero las familias no son lo
suficientemente conscientes de la labor que realizamos los docentes.
Ya que muy pocos reconocen esta
labor, este es mi diario y esta es mi opinión. Que todo el mundo que lea este
humilde blog conozca nuestro trabajo desde un punto de vista mas directo.
Ojalá mis compañeras de este
año tengan el mismo espíritu de trabajo y buen hacer que mis compis de ciclo
del curso pasado, pues contagiarte de un buen ambiente de trabajo, con
iniciativa, responsabilidad y compañerismo hacen que este trabajo sea aun más
satisfactorio (Cuanto voy a echar de menos a Yolanda, Sonia y Luismi).
Con el paso de los días lo iré
comprobando.
Soy tutor de un grupo de 15
niños de 1º y 2º de primaria y también doy mates a 3º y 4º. Tengo una ardua
tarea por delante, pero estoy contento. Mis chicos y chicas de primero parten
con bastantes contenidos adquiridos. Un buen trabajo por parte de mis dos
compañeras de infantil, que harán más fácil mi trabajo este año. Y es que encontrar
grupos de primero de primaria con la lectoescritura iniciada hace que uno por
lo menos pueda respirar algo más en este tipo de centros. Cuando se trata del
caso contrario es muy, muy difícil poder compensar un desfase que posiblemente
vayan arrastrando a los largo de toda la primaria.
Solo me preocupan mis dos ACNEES,
sobre todo una, nunca me había enfrentado a unas necesidades educativas
especiales de esta envergadura. Mis compañeras ya me han dicho que tengo que
tener paciencia y mentalizarme con lo que tengo, pero para un maestro es muy
frustrante comprobar como irán pasando
los trimestres y posiblemente no ver resultados.
Quizás este año sea un nuevo
desafío, pensaba que lo había conocido todo pero una vez más me vuelvo a
equivocar, este trabajo es un constante desafío extremo del que sea como sea
tendré que superarlo.
Para eso trabajo en la
Unitaria, para eso somos la élite del profesorado, por eso el “Maestro
Ambulante” no se va a rendir pase lo que pase.
“Esta entrada esta dedicada a
todos los maestros que trabajamos o que hemos trabajado en la Escuela Unitaria,
que nunca olviden su paso por estos centros, que se vea reconocida mas
que nunca su labor. “
A todos ellos les deseo lo
mejor