miércoles, 31 de octubre de 2012

Un Gran Poder conlleva una Gran Responsabilidad

Desde muy pequeño he sido un enamorado del mundo del cómic, siempre he leído y releído las aventuras de mis superhéroes preferidos. Mis amigos dicen que soy un “friki”, un “friki” sano.

Todo el universo que envuelve al cómic de los superhéroes me entusiasma, su filosofía, el punto de vista que refleja en nuestra sociedad, el enfrentamiento entre el bien y el mal, hacer el bien por encima de todo como único objetivo en la vida…
Siempre he dicho que los superhéroes son como los maestros, buscamos cambiar nuestra sociedad a mejor, un vengador se convierte en su álter ego (Perte Parker-Spiderman, Bruce Wayne-Batman…)con el que combatirá el mal de por vida, cuando un maestro comienza a dar clase sabe que tiene una gran RESPONSABILIDAD, a la cual estará ligado el resto de su vida. Esa responsabilidad consiste en hacer lo correcto, en hacer el bien.
En muchas ocasiones los superhéroes se encuentran en situaciones en las que la sociedad les increpa, incluso se vuelven contra ellos. Provocan un rechazo en la gente a la que ayudan o salvan.
Los maestros en muchas ocasiones corremos la misma suerte.
Los superhéroes tienen alguna que otra crisis en la que se plantean si seguir con la RESPONSABILIDAD que recae en sus hombros, ya que están sacrificando aspectos de su vida personal.
A los maestros también nos ocurre lo mismo ya que en ocasiones las dificultades en los centros y los problemas pueden influir en nuestras vidas hasta el punto de afectarnos a nivel personal.
Los superhéroes ante crisis personales siempre encuentran una luz al final del túnel, esa luz, viene guiada por alguien que agradece su esfuerzo y sacrificio. Esto provoca en el héroe su retorno con más fuerza.
En ocasiones hay madres, padres y lo más importante, alumnos, que hacen que tu profesión merezca los esfuerzos y sacrificios que realizamos.
Como los superhéroes, servidor, cree ciegamente en su trabajo. Creo en mi metodología.

Hace tiempo elaboré una programación basada en personajes que a los alumnos les motivaran. Cansado de ver como mis alumnos se aburren, año tras año, con libros de textos con personajes a los que aborrecen y no les motivan en absoluto, empecé a elaborar unidades didácticas en las que los protagonistas fueran aquellos personajes que a los chicos y chicas les despertasen curiosidad o fueran afines a ellos (siempre que representasen valores positivos, claro)
Este pequeño proyecto lo presenté en una oposición y aunque al tribunal (bastante “Arcaico”) no le gustó. Aprobé la oposición pero no con la nota que necesitaba para obtener la plaza. Aun así no me rindo, ya que la opinión de un tribunal no deja de ser un tanto subjetiva. A mi me funciona muy bien en el aula y sigo utilizando “El Cómic de los Cuentos”(así lo bauticé)
He conseguido transmitir mis aficiones a mis alumnos y alumnas (creando pequeños y pequeñas “frikialumnos”, como dice mi mujer)
Nada malo es enseñar a los alumnos valores como la amistad, la tolerancia, el respeto…

Si juntamos los valores y unas buenas cucharadas de contenidos junto con estos valores

 

¿conseguiremos cambiar el mundo?,

 

yo creo que sí. Que se preparen los “Magneto, Doctor Doom y compañía. Un superhéroe queda vivo para seguir combatiéndolos.

 


 

 


jueves, 18 de octubre de 2012

El Pragmatismo de los niños

Dentro de nuestra ajetreada vida laboral, encontramos momentos en los que uno no pude evitar soltar unas carcajadas, relajarse y reír.
En muchas ocasiones son nuestros alumnos los que nos hacen reír con las ocurrencias que tienen o con esas “ideas previas” que poseen antes de abordar un contenido de manera científica.
Las respuestas de los chavales son tan variadas y elocuentes que podríamos escribir cientos de libros contando anécdotas sobre respuestas en exámenes, preguntas en clase o porque simplemente los niños en muchas ocasiones se acercan a sus maestros y empatizan con ellos, les cuentan sus inquietudes, sus preocupaciones o sus dudas “existenciales”.

A lo largo de mis años como maestro, que no son muchos, me he encontrado con situaciones y respuestas muy divertidas de las cuales algunas no puedo olvidar, ya que son divertidísimas. Antes de que la memoria comience a fallar tengo que dejarlas registradas en este diario. También espero esbozar alguna sonrisa en aquellos que lean este humilde blog. Ojalá os hagan reír, algo tan necesario en nuestras vidas. Esta es una pequeña recopilación de las anécdotas más divertidas que me he encontrado a lo largo de estos 7 años como docente:

  • Recuerdo una vez explicando en Conocimiento del Medio cual era la mejor forma de evitar el deshielo de los glaciares, un niño de 2º contestó: - Profe la mejor forma de conservar el hielo es meterlo en la nevera y congelarlo.
  • También en clase de Conocimiento del Medio de otro colegio, hablando de productos derivados pregunté a una niña de 3º algún derivado de la leche…, a lo que esta niña contestó de manera aplastante: -La vaca
  • Una vez sustituyendo en 1º de primaria de otro colegio me dio por preguntar a los niños de donde se obtenía la leche. La respuesta de un niño fue contundente: - Del Mercadona
  • En un examen de 5º pregunté por los movimientos del corazón y me encontré de respuesta: -El corazón siempre está en movimiento, sólo en los zombis está parado aunque pueden andar y morder.
  • En otro examen de 2º pregunté si conocían algún vegetal sin flores y la respuesta fue clara y concisa: Sí, conozco
  • Siguiendo con los exámenes una de las respuestas más insólitas fue en un examen de 5º en el que pregunté, qué es la presión atmosférica: -Es cuando el aire sopla muy fuerte y te empuja hacia atrás, es como si te aplastase.
  • En una clase de 2º pregunté a los chicos si sabían que era un “rumiante”: - Sí son animales que “gomitan” cuando comen mucho
  • En cierta ocasión vigilando el patio del recreo se encontraban los niños jugando tranquilamente cuando una abuela de un niño de 1º se acercó a la valla del centro y comenzó a llamarle. El niño no hacía caso y la abuela siguió insistiendo. Este alumno que se encontraba cavando en el suelo con un rastrillo, una pala y un cubo de juguete, llegado un momento levantó la cabeza miró a su abuela y le dijo: -¡Abuela! te he dicho mil veces que no me molestes cuando estoy trabajando.Este mismo niño en cierta ocasión también me dijo: -Profe he corrido tanto que me duele muchísimo el corazón. En otra ocasión este niño después de llevar casi 5 minutos incómodo y de pie en una ventana intentando calcar un dibujo, por si mismo decidió coger una silla acercarla a la ventana para sentarse y seguir calcando, me miró y dijo: - Profe, esto si que es vida. La última anécdota de este niño tan simpático fue una vez en el comedor, comiendo a mí lado le pregunté si le gustaban los huevos fritos, a lo que respondió: - Es lo que más me gusta en el mundo.
  • Explicando la respiración en 1º preguntaba a mis alumnos cual es el órgano encargado de tomar el oxígeno, mientras me señalaba el pecho: - Por las tetas respondió una niña.
  • Esta es de mi hermana que también es docente. Un niño de origen chino no paraba de observar el suelo cuarteado por la falta de agua, se acercó a su seño y le preguntó: -Seño, porque está roto el suelo
De todas estas vivencias hay una que siempre será mi preferida, la mejor para el final. Cuando en alguna ocasión la he contado a mis amigos o familiares siempre me dicen que es como un chiste, pero puedo asegurar que me ocurrió en un colegio y fue tal la risa que hoy en día no puedo evitar reírme si la vuelvo a recordar. Espero os resulte divertida.

  • En un colegio muy particular, tenía un alumno un tanto bruto a la hora de decir las cosas. Normalmente cuando un niño quiere ir al baño te pregunta si puede ir al servicio o te dice que se está haciendo “pis” o “caca. Este alumno de 2º, siempre que quería ir al baño se acercaba y ni corto ni perezoso te soltaba:
-Profe, tengo que CAGAR. Cansado de oír esta expresión tan ordinaria día tras día y provocar en el resto de sus compañeros mofas y burlas hablé con él.
Le expliqué muy detenidamente que no es una expresión muy adecuada y de manera jocosa y eufemística le conté como tenía que pedir permiso para ir al baño. El niño atendió con mucha atención, le dije que cuando uno tiene la necesidad imperiosa de hacer de vientre se dice que “uno tiene que llevar troncos al aserradero”. Así evitamos la palabra CAGAR la cual suena tan mal.
A los dos días veo como este niño se acerca a mi mesa con las manos en la tripa y con gesto de tener un buen“apretón”: - ¡Profe!, que tengo un tronco de esos a punto de estallar

 


miércoles, 3 de octubre de 2012

Cosas de "Muggles"

La semana pasada comencé un nuevo curso, no ha sido fácil. Este es sin duda uno de los peores años que nos vemos azotados por esta crisis que no quiere terminar.

Cuando llega septiembre, uno empieza a notar ese cosquilleo en el estómago y empieza a preguntarse ¿cuándo seré nombrado?, ¿dónde trabajaré este curso?, ¿cómo serán mis nuevos alumnos y alumnas?, ¿y mis nuevos compañeros?...,

Lo que más nos tortura a los interinos es el saber cuando vas a empezar a trabajar y donde. Desde que empieza el mes de septiembre, uno se levanta todos los días y comprueba la lista de interinos por si te han llamado. En función del número de lista que tengas puedes calcular a ojo cuando entrarás a trabajar. Este curso, después de cinco años de interino, me encontraba con una posición privilegiada. Durante el verano me permitía soñar, acostumbrado otros años a sobrevivir con bajas por enfermedad, o maternidades de un colegio a otro, este curso tenía todas las papeletas de conseguir una apreciada vacante desde el principio del curso. Incluso soñaba con empezar a trabajar antes de que se incorporaran los alumnos y no con los alumnos incorporados lo cual te supone ir con retraso y acumulación en tu trabajo.

Todo era idílico, hasta que los “muggles” hicieron de las suyas (me encanta Harry Potter y todos los términos  que aparecen en los libros, mi vida es similar a la del mundo de Harry Potter) los recortes y la austeridad se instauraron sobre nosotros.
La lista no avanzaba, sobre todo la de primaria. ¿Qué supone esto?, un sufrimiento igual que la maldición “Maldición Cruciatus”, una tortura, un sin vivir.
Un año más estos malditos “muggles” se empeñan en arruinarme el curso. Otra vez me veo sobreviviendo a costa de las enfermedades de mis compañeros. Una vez más la  “Maldición Cruciatus” se cebaba sobre mí, este año con más dureza sabiendo que somos uno más en la familia. Esto es lo que verdaderamente me acongoja, perder un puesto bien merecido  teniendo a nuestra pequeñita con nosotros. Sufrí mucho, muchísimo, la lista no avanzaba, absolutamente nada. Un buen día comenzó a moverse, los números pasaban poco, pero la idea de obtener una vacante se esfumó de mi cabeza, ya era tarde y todo el pescado estaba vendido o eso creía yo.

Cuando todo parecía perdido apareció “Dumbledore”, quería que volviese a “Hogwarts”, necesitaban un maestro para dar “defensa contra las artes oscuras”.

Menos mal que la magia nos ayuda. Sin duda alguna, con “Dumbledore” de mi lado todo es distinto, es un gran hechicero y como en los libros de Harry Potter tiene un punto de vista muy distinto al del Ministerio, un Ministerio cargado de “muggles”.

Vuelvo con la misma ilusión que Harry en sus libros, vuelvo a “Hogwarts”, mis alumnos vuelven a recibirme con cariño los cuales hacen que uno se sienta orgullosos de ser maestro, de saber que este derroche de entusiasmo provoca que la “Maldición Cruciatus” desaparezca, por lo menos hasta el año que viene. A ellos le crea ilusión mi regreso, a mí me da la oportunidad de volver a estar con ellos un año más. Terminar lo que empecé cuando los tomé como alumnos en  3º. Son un grupo de chavales y chavalas magníficos,  por ellos vuelvo a “Hogwarts”. En estos años como docente y de momento, siempre he llegado a conectar muy bien con mis alumnos, pero de manera especial son los chicos de “Hogwarts”, y los chicos del Víctor Jara. Con estos dos grupos de alumnos sabes que aunque pase el tiempo nunca los olvidas, ya que la relación con ellos es sin duda un regalo para un humilde maestro.

Como en “Hogwarts”, cada año es una aventura nueva cargada de emociones, alegrías y algún que otro disgusto. Creo que este puede ser el último año aquí, todo tiene un principio y un final y aunque a uno le duela, creo que mi ciclo en este colegio de magia se acaba este año, como los libros de Harry Potter, toda gran saga en algún momento debe terminar.

Solo me queda disfrutar, esperar que este año sea tan bueno o mejor que los anteriores, terminar lo que empecé hace tres años, dejar esa huella que todo maestro intenta dejar en sus alumnos y que perdure  muchos años más.

Lo mejor, volver donde uno es querido, es la mejor forma de llevar las meteduras de pata de los “muggles”, porque a fin de cuentas todo esto son “COSAS DE MUGGLES”