miércoles, 25 de noviembre de 2015

Los Nuevos Vengadores

De docente a evaluador. Esa fue la reflexión del último claustro.
Llevamos tres meses peleando con los estándares de aprendizaje, una nueva fórmula que se han inventado los de arriba para categorizar la enseñanza.
Cuando se hacen este tipo de cambios legislativos, quien los hace, nunca se pone en el lugar de a quién van dirigidas. Por eso cuando hay que llevarlo a la práctica aparece el más absoluto caos y desconcierto.
 No quiero entrar en bucle que conlleva criticar el cambio de ley y las repercusiones que ello atañe. Me centro en el punto en el que estamos. 
Ahora tenemos una ley la cual nos dice que hay que supervisar, ponderar y categorizar a nuestros alumnos como si fuesen un producto manufacturado el cual tiene que pasar los controles de calidad obligatorios antes de salir al mercado.
En eso nos hemos convertido, en operarios de una cadena de montaje. Operarios que tienen una media de 505 estándares para evaluar por curso. Teniendo  en cuenta que hay estándares básicos (valen un 50%) intermedios (un 40%) y avanzados (10%) calcula los porcentajes de cada uno de ellos y relaciónalos con cada ejercicio y pregunta que desarrollas  en el día con nuestros alumnos. Ahora multiplica todo esto por cada alumno y con cada una de las áreas del currículo de primaria (matemáticas, lengua, naturales, sociales, plástica, valores)….
Cuando tengas estos resultados elabora un gráfica y relaciónalo con las competencias clave (7 en total), vuelve a multiplicar cada una de estas competencias clave por el total de alumnos que tienes…
Elabora un plantilla de Excel que te calcule estos porcentajes, para luego elaborar otra plantilla de Excel que te relacione las ponderaciones con una nota cuantitativa para luego elabora un gráfico que represente el grado de consecución de las competencias clave, más no te olvides de elaborar otra plantilla para registrar todos aquellos estándares que se evalúan por observación y no por una prueba escrita, júntalo todo y multiplica todo esto por cada alumno, por cada asignatura…,

Pues sí, esto se resume en que ayer tarde dos horas  en meter las notas de una simple prueba escrita de lengua. Dos horas de trabajo en casa el cual me resta tiempo en preparar mis clases, prepararme los temas y supuestos prácticos que tengo de tarea para el siguiente sábado con mi Preparadora, jugar con mi hija…, quejarse sirve de poco. Pero mi reflexión es, ¿mejoraremos nuestro fracaso escolar con esta nueva fórmula de los estándares?

Creo que la respuesta cae por su propio peso. A lo mejor es la hora de romper la cadenas que nos atan y enfocar la educación como Cesar Bona, a quien leo, sigo y admiro desde hace tiempo, todo un crack en la docencia. Leer sus frases, comentarios en su facebook y su blog, hacen que mi vocación no se consuma. Es al único que he oído sacar pecho y defender a nuestro colectivo, como bien hizo contestando en un programa a el "Último de los Iluminados". Un Vengador sin lugar a duda.  
Su ejemplo es toda una inyección de moral hacia el profesorado. Su filosofía es un credo. Menos mal que todavía hay gente que escribe con criterio. Ojalá algún día perdamos el miedo y dejemos de ser esclavos del currículo. Puede que haya llegado el momento de romper las cadenas y dejar de tener miedo.
Seguro que César no pierde dos horas de su tiempo en rellenar tablas  Excel con estándares, ni tampoco  creo que tenga miedo de los inspectores, más bien creo que sería al revés. Dedicará esas dos horas a innovar, preparar y motivar sus clases. Por eso es quien es.

¿Qué no sabes quién es César Bona?, por favor pincha en la imagen