miércoles, 1 de febrero de 2012

Una del Víctor Jara

El Víctor Jara ha sido unos de los mejores recuerdos que he vivido como profesor. No he vuelto a encontrar a un grupo de alumnos tan excepcionales como los que tuve el curso escolar 2007-2008. Fueron muchas las anécdotas que compartí con ese grupo. Hasta el punto, que después de 5 años, con algunos de ellos sigo manteniendo el contacto vía mail.
Hablar de todas las anécdotas que me ocurrieron en ese curso escolar, sería imposible. Necesitaría una entrada muy grande. Mejor contarlas dosificadamente y según surjan.
Ese año llegaba a la escuela pública tras aprobar las oposiciones por primera vez. Tenía ganas de comerme el mundo, de cambiarlo (hoy en día sigo queriendo cambiarlo y sigo comiéndome el mundo). Nada más conocer al grupo la simbiosis fue mutua.
Han sido los alumnos más agradecidos que he tenido. Agradecidos por dejarse enseñar, por aprender, por dejarse “adoctrinar” en un comportamiento ecológico, ético, cívico y responsable, democrático, tolerante, respetuoso…
De los cuales, hoy en día me sigo sintiendo orgullosos de ellos. Cuando me escriben por mail siempre comentan:

- No te olvides que sigues siendo nuestro profe.

Después de 5 años, en los cuales habrán tenido un buen número de profesores, este grupo de gamberros y gamberras (cariñosamente) se siguen acordando de mí como su maestro referente.

- Profe, siempre que escucho la sintonía de Smallville, me acuerdo de ti- me comenta uno ellos.

Por aquel entonces y hoy en día, de vez en cuando me pongo alguna camiseta con el emblema de algún Superhéroe. En ese curso era habitual aparecer por clase con una camiseta con el emblema de Superman.
Se pude decir que dejé huella en esas chicas y chicos de Fuenlabrada. No hice nada extraordinario. Sólo era yo, Fernando, un profe interino que supo empatizar con esa promoción de 5º de Primaria.
Recuerdo que les enseñaba como sigo enseñado hoy en día, con lo que yo denomino la “enseñanza anecdótica”. Un alumno siempre recordará mejor un concepto con una experiencia o anécdota que lo acompañe. Cariñosamente los chicos me llamaban Fernandín “el anecdotista”. Por cierto en las pruebas de CDI de 6º del curso siguiente quedaron entre los 20 primeros colegios de la Comunidad de Madrid, algo tuve que ver ¿no?

Ese mismo año me casaba a finales de Septiembre. Cuando se acercaba Junio se lo comenté. Ellos me dijeron que si les invitaba ala boda. Yo dije que encantado. Una madre dijo “ese hombre no sabe lo que hace”
Al final no fueron a la boda, era lógico, aunque si se hubiesen presentado a contemplar la ceremonia me hubiese ilusionado muchísimo, decían:

-¡Profe! el padre de Adriana es conductor de autobuses, se lo hemos preguntado, nos lleva a todos.

Al final del curso, la mayoría de madres y padres de estos chicos vinieron a despedirse con un regalo bajo el brazo, yo les obsequié con un montaje en Dvd con  música de fondo con todas y cada unas de las fotos que nos hicimos en talleres, excursiones, festejos etc. No fue mi intención pero todos acabamos llorando. Nunca me había pasado nada así hasta ese momento. Un sentimiento de reconocimiento por tu trabajo muy gratificante, pero a la vez una tristeza inundó mi corazón, porque sabía que no volvería a verlos. O eso pensaba yo.

-Gracias, Fernando, gracias por todo – me decía las madres con lágrimas en los ojos.

Ese día a las 16:30, cuando volvía en coche a mi casa no podía parar de llorar. Pensé, si todos los años me pasa esto, no tiene que ser bueno para el corazón. No todos los años me pasa lo mismo que en el Víctor Jara, pero parecido.
Siempre los llevo presente, siempre me acuerdo de ellos y a todo colegio donde voy, tanto a mis nuevos alumnos como a mis nuevos compañeros les hablo de ellos.
Les hablo de los chicos y chicas de 5º  A del Víctor Jara.

 Al año siguiente, un día, sin esperarlo  y totalmente sorprendido, recibí un paquete por correos. Cuando vi la letra de la caja supe que era de algún alumno, cuando vi el remitente no pude evitar emocionarme. Eran ellos.

-No pudimos ir a verte cuando te casaste, pero este es el regalo de tu boda

Una camiseta con una dedicatoria estampada en ella “para el mejor profesor del mundo”  firmado: ellas/os.
Esa es la pasta de la que están hechos los chicos y chicas de 5º A del Víctor Jara. Para ellos mis mejores deseos. Vuestro profe no os olvida. Seguir por el buen camino como bien os enseñé.