viernes, 11 de enero de 2013

Nayeli


Llegó el momento. Pensé que este día no llegaría pero al final…

 Han pasado tres años en los que quedaron sueños, cumplidos, fantasías, historias, anécdotas, confidencias. Joder, las voy a echar de menos.

Deja atrás otra etapa de su vida para comenzar una nueva, y eso es difícil. Buenos y malos momentos compartidos alguna que otra travesura y miles de recuerdos que de vez en cuando se agolpan en mi memoria como queriendo salir, intentando detener el tiempo, intentado evitar la marcha. Recuerdos para ser contados permitiendo que una lágrima se escape por mi mejilla. Recuerdos que, aunque parezcan cercanos, nunca podrán ser olvidados.

Se ha ido, deben partir y por más que quiera no puedo detener lo inevitable. Me deja su alegría, su risa, sus gestos y también sus lágrimas. Todo ello guardado en mi corazón, siendo luciérnagas que iluminen mis pensamientos cuando me invada la tristeza de saber que ya no estará.

Sólo espero haberlo hecho bien, que todo lo que le he enseñado, lo que hemos compartido, lo que juntos hemos vivido le sirva en su vida. Sabes donde encontrarme, que el paso del tiempo no te haga olvidar a tu antiguo profesor, espero que perdure en tu memoria las clases de alternativa en las que eras mi único alumno, los partidillos de fútbol en el recreo, las conversaciones en el comedor de cómics, fútbol y superhéroes, las excursiones…

Que algún día, cuando seas adulto, algo te recuerde a un antiguo profesor, ojalá que ese recuerdo esboce una sonrisa en tu rostro

Fue un placer enseñarte.


Padres formidables, conllevan tener hijos maravillosos”