jueves, 21 de marzo de 2013

Lo que hay que aguantar...,


Si hay algo de lo que me puedo sentir orgulloso es de mi formación académica y de mis conocimientos en cultura general, creo que podría dar sopas con hondas a muchos. No tengo porque avergonzarme de nada ni ante nadie, ni tampoco tengo que justificarme con esta entrada. Mi conciencia está tranquila. 

Resulta muy triste que un medio de comunicación le de por sacar una información sobre las últimas oposiciones de acceso al cuerpo de maestros. Con esta información se da a entender que los maestros somos unos burros e ignorantes. Analizando el contenido del artículo descubres que hay gente que comete errores garrafales en ortografía o en cultura general, el artículo no especifica en que especialidades ni cuantas personas en concreto, sólo hablan de porcentajes.
Está claro que es un linchamiento premeditado ante el profesorado interino o lo que vendría a ser lo mismo, “La Marea Verde”, marea que por cierto trae más de un quebradero de cabeza a los políticos.
Hay cosas intolerables (lo de las faltas de ortografía, , "vever" "siya") Siempre y cuando estos datos sean ciertos, me cuesta creerlo. Por cierto los que reclamamos el examen no hemos tenido “el derecho” si quiera de verlo, pues nos lo han negado, como es posible que un medio de comunicación sin tenga ese derecho.
Me parece una memez  decir que los maestros NO SABEN PREGUNTAS DE PRIMARIA. A ver, ¿quién sabe hacer, por ejemplo, una raíz cuadrada sin ser matemático? Podemos contarlos con los dedos de una mano, y es algo que se da en primaria.
Me gustaría  saber cuántos políticos saben ¿por qué provincias pasa el río Guadalhorce o el Narcea...? o cuantos de ellos pronuncian “Bilbado” por Bilbao o sacar una tabla de datos con tres sumas mal hechas…,
Ahora, después de un año y medio sacan esta noticia para desprestigiar a los interinos y justificar el nuevo decreto que quieren sacar donde la nota de oposición contará un 80% para entrar en la lista de interinos.

BUENA JUGADA

Con respecto a esa famosa prueba, hasta el momento de verla en nuestras mesas nadie sabía que tipo de examen iba a ser. Si a la incertidumbre, sorpresa y nervios le sumas que era bastante largo para una hora y media y debías hacer todo deprisa y corriendo, la cosa empieza a complicarse. Esos datos no son muy fiables, incluso los criterios de evaluación fueron denunciados porque se anularon algunas preguntas después de contestadas. Criterios de evaluación abusivos en los que si una pregunta tiene cuatro apartados (a, b, c y d) y resulta que en el apartado d uno puso Murcia en vez de “Región de Murcia” tienes toda la pregunta mal. Solo les faltó dar por mala una operación matemática por olvidarse de poner el rabito al 7.
Pretenden que demos definiciones igual que la “Rae” ante la palabra homófona Basta y vasta. Cada uno argumenta como se lo explicaría a un niño de primaria para que este lo entienda.
Y una cosa es verdad, estamos acostumbrados a este tipo de  situaciones:
-Profe que significa ensimismado, profe que es una dorsal, profe que quiere decir pragmático…,
Todos los días te encuentras situaciones como esta y en ocasiones cuesta dar una explicación lógica. No hará mucho un alumno con muy buen criterio me dijo:
-Profe, ¿por qué hay palabras que se escriben con B y palabras que se escribe con V, con lo fácil que sería que todas se escribiesen con B o todas se escribiesen con V. Así tendríamos menos faltas de ortografía, total suenan igual.

Los profesores no lo sabemos todo, no somos tan privilegiados, ojalá, para eso nos preparamos las clases el día anterior, así cuando nos toca dar los ríos sabemos porque provincias pasan cada uno de ellos o cuando trabajamos sesiones de resolución de problemas, tenemos controladas todas las variables posibles. En eso consiste nuestro trabajo, pero como todos somos humanos y si ante la presión de un examen a uno se le olvida poner algún dato…, perdón por no ser perfecto.

viernes, 8 de marzo de 2013

Por fin, viernes


Me gustan los viernes, víspera del fin de semana que tanto ansía uno cuando llevas toda la semana trabajando como un burro. Decidimos que este día es el indicado para irnos a tomar un café después de comer, en nuestra hora libre, hora libre que por cierto, la pasamos trabajando de lunes a jueves en el centro porque siempre hay cosas que hacer o niños que cuidar  o llamadas que contestar o padres con los que hablar o programaciones que terminar o ejercicios que corregir…, ¡qué bien vivimos los profesores…!
El viernes de 14:00 a 15:00 es para nosotros, comemos y después de comer salimos a tomar un café. Es el mero hecho de salir fuera del centro lo que nos reconforta, por un momento salimos de esta cárcel para tomar oxígeno limpio. Durante un rato evitamos hablar de los muchos problemas que tenemos en el trabajo e intentamos hablar de nosotros.
En la mayoría de coles por los que he pasado los viernes procedemos con esta misma religiosidad. En ocasiones solemos salir a comer fuera, por la misma razón, tomar oxígeno limpio. Así la tarde del viernes la afrontas con más ánimo.
Este año con la mierda de sueldo que nos pagan, destinar un viernes a comer fuera no entra dentro del presupuesto, así que, comida de táper y café en el bar. Allí pasamos un buen rato, nos reímos, intercambiamos batallitas y luego nos peleamos como niños pequeños por pagar.
Esta es la rutina de este curso, otros años uno sale a comer fuera, como en “El lencero” o en el “Víctor Jara”. Buenos ratos y risotadas recuerdo de esos viernes.
Recuerdo que cuando se me acabó la sustitución en “El Lencero”, me mandaron a un colegio en el barrio de Loranca (Fuenlabrada). Pasé de estar en un colegio de línea “uno” a un colegio de línea “tres y cuatro”, lo que quiere decir, un claustro de 38 profesores. Estuve desde finales de abril hasta mediados de junio y hubo profesores a los que no llegué a conocer. Pasé de un colegio familiar, acogedor en el que además de compañeros éramos amigos, a un  centro grande y distante en el que cada ciclo libraba una guerra por su cuenta. Había muchos profesores, que todo sea idílico, es complicado teniendo en cuenta la diversidad.
De repente llega el nuevo, me toca una tutoría de 3º, un grupo de alumnos con muy buen nivel académico, pero con bastante falta de educación. A medida que fui conociendo a los papas y mamas…, lógico, de tal palo…
Me encontré con una situación embarazosa cuando llegó mi primer viernes, ¿con quién me fui a comer?...,

pues con mi ciclo, era la solución más lógica. Resultaba interesante observar como cada grupo come en un bar distinto como si no se conociesen. ¡Qué tensión!
Durante esos dos meses batí mi record en sustituciones, cuando en el colegio algún compañero se pone enfermo solemos sustituirle los demás en nuestras horas de apoyo, coordinación etc. Como la compañera que sustituía era la coordinadora de biblioteca  tenía 3 horas a la semana  para biblioteca más dos horas de refuerzo en matemáticas para 4º.
Durante dos meses sustituí 17 veces. Recuerdo que te daban un papelito muy divertido en el que te indicaban la clase y horas para sustituir. Menos en infantil, creo que sustituí en todos los cursos.


Me gustó el colegio porque tenían un buen plan de actividades, muchas de estas actividades las he exportado a otros centros, es importante tomar las buenas ideas y  aplicarlas en el futuro. Tenían una gran variedad de aulas dotadas con todo tipo de recursos, es normal un colegio de esa envergadura debe de tener una buena subvención.
Cuando llegué al centro pedí a dirección un boli rojo para corregir, mi sorpresa fue cuando me lo denegaron, la explicación fue que el material se entrega a principio de curso y no se reparte más, pues si tienen que dar bolígrafos a cada profesor que sustituye no ganaría para bolígrafos. Más tarde mis compañeros me confirmaron lo roñosos que son en un centro el cual tiene más dinero que pesa. ¡Un boli!, ¡un maldito boli rojo!.

El bolígrafo lo puse de mi bolsillo.

En Alcorcón, en otro colegio recuerdo que también había dos grupos muy diferenciados. Y  llega el nuevo, ¿qué haces?, intentar estar con ambos. Un día tomas el café con unos, al viernes siguiente tomas el café con los otros. Creo que soy una persona prudente la cual intenta no meterse donde no  le llaman, por eso tanto con unos como con otros mi convivencia fue buena.
Es normal, como en cualquier trabajo. No por ser profesores la socialización y la empatía en el trabajo iba a ser distinta. La cuestión es lo difícil que resulta adaptarte a un colegio nuevo, cada vez que te mandan a un colegio es empezar un trabajo nuevo, es volver a comenzar de cero y cuando ya estás integrado resulta que se acaba la sustitución, toca empezar en otro colegio.

Quizás esos viernes de respiro hacen  la convivencia entre compañeros más placentera, por eso los profesores, los viernes, comemos o tomamos café juntos. En muchos centros hay grupos, normal, también he trabajado en otros oficios y por ejemplo los que trabajamos en almacén no nos mezclábamos con los de las oficinas a la hora de tomar café o de fumar un cigarro.
Me gusta conocer gente nueva, los viernes es cuando realmente conoces a tus compañeras y compañeros.


Por cierto ya son las 14.05 del viernes, toca comer y tomar café. Por fin es viernes.