jueves, 9 de febrero de 2012

La curiosa sustitución a la vera del Tajo

¿Que le ocurre a la escuela pública cuando  empieza a convertiré en elitista?
Muchos centros tienen  excusas perfectamente estructuradas de acuerdo a programas de Bilingüismo  para poder clasificar y cribar las matrículas de muchos de sus alumnos.
Caso curioso fue un colegio de Aranjuez al que fui a para el año pasado. Cuando después de una serie de catastróficas desdichas y de errores burocráticos, la consejería de educación decidió de una vez enviarme a trabajar, me encontré con una sustitución para un colegio de una ciudad que es atravesada por el río Tajo. Mi sorpresa fue, cuando me pongo a buscar la dirección en un cuaderno que tienen en la Dirección de área territorial, descubrir que me enviaban a un centro bilingüe. Por el camino no paraba de pensar: -Se habrán equivocado, si yo soy de primaria.
Cuando llegué al centro, descubrí que no se habían equivocado, sustituía a una compañera que  daba matemáticas y lengua de segundo a cuarto de Primaria. Ya me cuadraba el asunto. Era un colegio enorme, monstruoso, de línea 4. Nada más llegar la directora me dejó claras las directrices del centro. Más tarde algún compañero me comentó que la cuestión era no tener ningún problema con las familias, pues el apoyo del equipo directivo sería nulo.
Los niños y niñas iban vestidos igual, una moda cada vez más común en colegios públicos, comprarse ropa y chándal iguales para todos, ¿intentan identificarse cuales colegios privados? Pero ¿qué pasa con aquel alumno que no tiene dinero para comprarse la ropita que el cole quiere?, ese es el “apestado”. Lo curioso de este centro es que entrabas en una clase y todos los niños disfrazados iguales, todos menos uno. Entrabas a otra clase y todos disfrazados menos “uno o dos”. Y así en las cuatro clases por las que pasé.
Naturalmente esos alumnos que no iban disfrazados solían ser inmigrantes sin recurso y que la administración les obliga a tener a unos cuantos matriculados en ese colegio para que los otros centros de alrededor no protesten en exceso.

-Oye mira, que yo también tengo inmigrantes, alumnos de compensatoria incluso tengo algún gitano que otro. No vallas a pensar que no integramos en nuestro centro a los más necesitados (ironía pura y dura)

Salías al patio y veías una marea de ropa azul jugando, brincando, corriendo…, y en un pequeño grupo de chavales y chavalas sin ropa azul, llevaban su propia ropa (en ocasiones se ve que habían sido usadas por hermanos mayores) los veías, apartados en un pequeño trozo del recreo, solos, jugando apartados del resto.

-¡Chicos!, ¿por qué no jugáis con el resto?

- Es que los otros no nos dejan

-¡Ehhhh, vosotros! Estos chicos también quieren jugar, así que hacerles un hueco.

Los alumnos que estaban jugando, se quedaron atónitos mirándome y preguntándose, ¿este sheriff de qué va?, ¿de dónde se ha escapado este profe nuevo? Al cabo de cinco minutos un alumno disfrazado de azul ¡¡¡zass!!! Patadón en la espinilla, - ¡Anda y que se joda el moro-mierda este!

Me acerco al conflicto, castigo al niño, no por dar la patada, sino por el insulto racista. El niño muy indignado y echando pestes por su boca se sienta y deja de jugar. A continuación el resto de niños dejan de jugar al futbol y sólo quedan en la pista los “sin disfraces” con algún que otro niño “con disfraz” despistado o que le importa tres pepinos el incidente y sólo quiere jugar al fútbol.
El recreo termina, subimos a clase y las 14:00 terminan estas. Me quedo en clase, como siempre, corrigiendo cuadernos. Viene un “compañero a mi puerta”. - -- Perdona ¿tu eres el sustituto de Angelines?

- Sí soy yo, me llamo Fernando encantado (me levanto y le doy la mano)

- Hola majo, verás venía porque ha venido la madre de fulanito (no me acuerdo como se llamaba el niñito) bastante indignada con lo que ha pasado en el recreo.

- Ahhh, sí, te cuento lo que ha pasado… (relato minuciosamente lo ocurrido)

- Sí, pero tienes que entender que aquí hay familias un poco pejigueras y bueno, ya sabes, es mejor tenerlas contentas y no en pie de guerra bla, bla, bla…,

 Le comento que su punto de vista es distinto al mío y da igual unos padres que otros, lo que no se puede consentir son afrentas raciales como la que he vivido en el patio bla, bla, bla, bla.., la cosa empieza a calentarse. Resultado final.

- Oye Fernando, el encargado de los castigos de  mis alumnos soy yo sino tienes inconveniente.

- No, ninguno, por mi parte ha quedado claro

-Perfecto

 Al día siguiente antes de ir a la fila a recoger a mis chicos y chicas…,

-Fernando, tienes un momento (la directora)

-Sí, claro cuéntame

- Oye, mira, ayer hablo la madre de fulanito y posteriormente Javier, sobre el suceso del patio, no  te tomes a mal lo que te voy a decir, pero a ciertas familias que es mejor no tenerlas dando el tostón todo el día bla, bla, bla…, es una manera de entender las relaciones con las familias.

- Ya pero…, no tengo el mismo punto de vista que vosotros y además no creo que vuestro Plan de Convivencia o Reglamento de Régimen Interno tolere insultos de esa índole bla, bla, bla…,

- Bueno Fernando veo que no entiendes mi postura.

- Ni tu entiendes la mía, no te preocupes, no volveré a meterme en estos fregaos mientras no sucedan en las zonas que cuido del patio ya que hay cosas que mi ética no me permiten pasar.

- Bueno, todo aclarado ¿verdad?

- Por supuesto

Al día siguiente, llegó como siempre, temprano al cole y mi sorpresa es ver que en mi clase hay alguien. Mi sorpresa es que la persona a la que sustituía se había incorporado. Sin avisar y sin previo aviso, sin un mínimo de antelación. Simplemente me comenta que ha pedido el alta voluntaria.
Cuando te marchas de un centro el director tiene que firmarte una serie de documentos. Ese día ya estaban firmados, me los entregó el secretario.
Me dieron ganas de hacer un escrito con lo vivido en ese centro y presentarlo ante inspección o ante algún medio de comunicación. Al final no tuve agallas suficientes, pensé anda y que les….
Pido disculpas a aquellos chicos. Ellos no tienen la culpa, ellos no se lo merecen, ellos son las víctimas.