miércoles, 4 de junio de 2014

Recuerdos de la EGB

Que sorpresa me llevé encontrando por las redes sociales a una de mis antiguas maestras de la EGB. Por aquel entonces no era lo que se dice un alumno brillante, creo que nunca lo he sido y aunque recuerdo la EGB como los mejores años de mi infancia e inicio de la adolescencia, no destaqué por ser un alumno de sobresaliente.
Dos maestros hicieron mella en mí durante esos años. Mi maestro de 1º y 2º del que por desgracia no volví a saber de él  y mi maestra de Lengua de 7º y 8º.
Desde que dejé el colegio creo haberme encontrado una vez con ella y fue en el mercado, por aquel entonces estaba estudiando magisterio. Con su hijo, del que fui amigo en esa etapa, nos hemos encontrado en más de alguna ocasión y siempre le insistía tozudamente que le diese muchos recuerdos a su madre.

Hacía mucho tiempo que no entraba en la red social de mi antiguo colegio y el otro día por aburrimiento mas que por interés encontré a un miembro muy especial. Ver una foto de mi antigua maestra de lengua me conmovió. Vi que tenía creado un perfil y automáticamente le envié un mensaje.
Que buenos recuerdos guardo de sus enseñanzas. Recuerdo sus clases magistrales, ejemplo en el que hoy en día me baso para enseñar. Deberían de usarse como metodología en las universidades donde se curse magisterio.

 Algo de lo que muchos estarían de acuerdo, era el respeto que nos infundía sin necesidad de castigar ni dar ni una sola voz. Solo con cercanía, comprensión y profesionalidad, hacían de ella una maestra ejemplar y única en el centro.
Gracias a ella, la promoción de alumnos de 8º de EGB de aquel año pudimos irnos de viaje de fin de curso. Y teniendo en cuenta “la camarilla de gamberretes” que formábamos esa promoción era para pensárselo.

La ley de Educación de 1970 y su EGB, para muchos fue la mejor reforma en educación habida en este país. Damnifica para muchos, idolatrada para otros, el caso es que aquellos que estudiamos en esa época vivimos nuestra escolaridad intensamente y para una gran mayoría fueron años inolvidables.
No sólo la escolaridad, decir que estudiaste EGB engloba un estilo de vida, música, cine, TV, moda, juguetes, deportes, gastronomía, juegos, …
Todo ello marcó nuestras vidas y los maestros que tuvimos también. Unos mejores que otros, como hoy en día.
Para un nostálgico enfermizo como yo, es emocionante volver a saber de alguien que te influyó en tu profesión, que te ayudó cuando eras un niño, que hizo realidad tus ilusiones en aquel entonces, que te formó como persona y que te trató con cariño y amistad en su propia casa.


Esta profesión por desgracia, te merma, te agota y te consume lentamente con el paso del tiempo. Ojalá el día de mañana quede en alguno de mis alumnos las mismas enseñanzas que han quedado en mí, gracias a mis dos profesores más queridos cuando estudié en la EGB.