martes, 30 de septiembre de 2014

De vuelta a la Escuela Unitaria

He pasado de ser un profesor de “guetos” (como dice mi mujer) a maestro de Escuelas Unitarias.

Comenzamos curso y como siempre tengo que esperar a mediados de septiembre para que me den destino. Entré el último de los que citaron por primaria, con lo que me han dado lo que nadie quería. Yo me conformo con trabajar, que en estos tiempos que corren ya es un logro importante.
Cuando vi el colegio que me habían asignado, rápido llamé a mi amigo, el bueno de Manuel, pues el ha estado trabajando durante varios años allí y justo cambio de centro este año (que pena no haber coincidido juntos). Rápido me puso al corriente del centro y acertó con el curso que me iba a tocar.
Mi buen amigo Manuel ha vivido, nunca mejor dicho, mucho en este centro. Un accidente de tráfico  de camino a este pueblo estuvo a punto de truncar su vida. Pero la vida da segundas oportunidades, sobre todo a la gente buena, a los superhéroes, a los que tienen una misión en esta vida en sus trabajos. Manuel es una gran persona además de un buen maestro. Es un superhéroe de los que día a día trabaja en las “trincheras” cambiando el mundo a mejor. Por eso, después de ese terrible accidente volvió a nacer, la vida sabe que este mundo necesita profesores como Manuel, pues aun tiene muchas misiones por cumplir. Hoy en día sigue al pie del cañón y como muchos otros sacando adelante a sus alumnos.


Al  día siguiente de nombrarme, mi mujer, mi hija, su inseparable peluche de “Pepa Pig” y yo cogimos el coche y decidimos ir a localizar el centro.
Un pueblo muy pequeño, con un colegio pequeño rodeado de campos y con las ovejas campando a su alrededor.

Vuelvo a trabajar en la escuela unitaria y hay muchos aspectos que me recuerdan a otro centro en el que estuve trabajando, aunque también hay diferencias:
- Antes tenía una distancia de 84 km ida y 84 de vuelta. Ahora son 44 km solo de ida
- Antes tardaba casi una hora y media. Ahora media hora
- Antes era conducir por carretera de doble sentido. Ahora por autovía

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Recuerdo esos paisajes de castaños que cambiaban de color a medida que pasaba el año, ese paisaje de montaña con su microclima tan característico, los buitres, águilas y demás rapaces posadas en los postes esperando cazar alguna presa, la nieve siempre presente en las cumbres de Gredos…,ahora solo son campos de cultivo, cepas y olivos en el paisaje.

Aun así trabajar en una Escuela Unitaria, implica esforzarse muy duro todos los días, pues tener varios niveles en una misma clase no es tarea fácil. Trabajas el doble y el triple que en cualquier centro ordinario, eso lo sabe bien todo aquel que ha trabajado o trabaja en este tipo de centros y después de haber estado un año sabático en el colegio del curso anterior cuesta coger una dinámica distinta.
No se hasta que punto deberían de tener en cuenta el profesorado que trabaja en estos centros, pues aunque hay menos niños, eso si es verdad, el trabajo académico, curricular, pedagógico, institucional y burocrático, sumado con la complejidad que implica dar clase a distintos niveles con ACNEES incluidos, supone un esfuerzo elevado al cubo.
Desde mi punto de vista los maestros de la Escuela Unitaria junto con los maestros de centros de Difícil Desempeño, suponen la élite del profesorado, el SWAT de la enseñanza, la Guardia Pretoriana de la Educación. Yo por suerte o por desgracia he formado parte de las dos. Nadie reconoce el compromiso, dedicación y labor que realizamos en estos centros, al contrario, te desmitifican, critican e incluso te juzgan a diario. No se que tendrán las unitarias pero las familias no son lo suficientemente conscientes de la labor que realizamos los docentes.
Ya que muy pocos reconocen esta labor, este es mi diario y esta es mi opinión. Que todo el mundo que lea este humilde blog conozca nuestro trabajo desde un punto de vista mas directo.

Ojalá mis compañeras de este año tengan el mismo espíritu de trabajo y buen hacer que mis compis de ciclo del curso pasado, pues contagiarte de un buen ambiente de trabajo, con iniciativa, responsabilidad y compañerismo hacen que este trabajo sea aun más satisfactorio (Cuanto voy a echar de menos a Yolanda, Sonia y Luismi).
Con el paso de los días lo iré comprobando.

Soy tutor de un grupo de 15 niños de 1º y 2º de primaria y también doy mates a 3º y 4º. Tengo una ardua tarea por delante, pero estoy contento. Mis chicos y chicas de primero parten con bastantes contenidos adquiridos. Un buen trabajo por parte de mis dos compañeras de infantil, que harán más fácil mi trabajo este año. Y es que encontrar grupos de primero de primaria con la lectoescritura iniciada hace que uno por lo menos pueda respirar algo más en este tipo de centros. Cuando se trata del caso contrario es muy, muy difícil poder compensar un desfase que posiblemente vayan arrastrando a los largo de toda la primaria.
Solo me preocupan mis dos ACNEES, sobre todo una, nunca me había enfrentado a unas necesidades educativas especiales de esta envergadura. Mis compañeras ya me han dicho que tengo que tener paciencia y mentalizarme con lo que tengo, pero para un maestro es muy frustrante comprobar como irán  pasando los trimestres y posiblemente no ver resultados.
Quizás este año sea un nuevo desafío, pensaba que lo había conocido todo pero una vez más me vuelvo a equivocar, este trabajo es un constante desafío extremo del que sea como sea tendré que superarlo.

Para eso trabajo en la Unitaria, para eso somos la élite del profesorado, por eso el “Maestro Ambulante” no se va a rendir pase lo que pase.



“Esta entrada esta dedicada a todos los maestros que trabajamos o que hemos trabajado en la Escuela Unitaria, que nunca olviden su paso por estos centros, que se vea reconocida mas que nunca su labor. “
A todos ellos les deseo lo mejor