miércoles, 28 de mayo de 2014

El Negocio de los Libros

¿Cuántas leyes llevamos en educación?, ya he perdido la cuenta. Es indignante que se utilice la educación como propaganda electoral  y es demencial que cada vez que hay un cambio de gobierno lo primero en cambiar sea la ley de educación.
Cambio de ley implica cambiar de arriba abajo toda la documentación legislativa tal como PGA, PEC, Programaciones etc, etc, etc. Es decir trabajar como un condenado hasta que a otro lumbreras se le ocurra una forma mejor de adoctrinar al alumnado. No pienso perder ni un minuto más en hacer apología de esto, creo que la verdad clama al cielo.

El cambio de ley les ha venido muy bien a las editoriales, aunque se esfuercen en seguir diciendo que han tenido que cambiar los libros a contrareloj. Es interesante ver el desfile de comerciales cada uno defendiendo a su editorial e intentando demostrar que son los más innovadores para que el año que viene mandes a los padres comprar sus libros. Más interesante es aun cuando estás en un colegio de línea 3 y 4, lo cual hace de nosotros una carnaza sabrosa y muy cotizada.
No dejan de ser trabajadores, como nosotros, con la diferencia de que a ellos les es vital venderte su producto. Yo siempre por respeto les escucho aunque en ocasiones me resulta molesto tener que escucharles compadecerse. Muchos proponen aspectos que llevados al aula son totalmente utópicos, otros se pasan de listos diciéndonos lo que no sabemos hacer bien, otros te dan a entender que sería de los maestros sin el libro de texto y la gran mayoría cree que la enseñanza se basa siguiendo una buena editorial.
Yo tengo mis preferencias entre  editoriales y también tengo claro cuales no me gustan, aunque prefiero trabajar sin libro de texto, pues este no es imprescindible.
Por todos los colegios por los que he pasado nunca he tenido la opción de poder elegir editorial, lo que supone que no me queda más remedio que adaptarme a lo que han elegido los demás el curso anterior. No me queda otra que tirar  y apechugar. Lo curioso de todo esto es que parece que necesitan un pretexto para cambiar los libros y que yo sepa sumar, restar, multiplicar…, los nombres, los verbos, los determinantes…, los mamíferos, las plantas, el cuerpo humano…, e infinidad de contenidos más, siguen siendo los mismos y se siguen enseñando en los mismos cursos y con similares objetivos y criterios.


Conclusión: que gran negocio este de cambiar la ley, a cuantos les llenas los bolsillos y a cuantos más se los vacías.





viernes, 23 de mayo de 2014

El bueno de Antonio

“El bueno de Antonio”, así lo llamaba mi profesor en la universidad. Casi todos los años tiro de recurso y “El bueno de Antonio” me ayuda en mis clases de lengua, intentando transmitir a mis alumnos la misma devoción que yo siento por este poeta.
Este año con los chicos de tercero hemos trabajado mucho con Antonio, pero si hay algo que les ha gustado ha sido su poema a las moscas. Lo utilicé como un recurso más para trabajar la poesía, pero esta vez desde la aportación de Joan Manuel Serrat y aunque no es un cantante fruto de mi devoción, tengo que reconocer que su versión de las Moscas de Machado es pegadiza y divertida.
A los chicos les gustó mucho y aunque lo vimos en el primer trimestre aun se siguen acordando y me piden casi todos los viernes a última hora que les ponga la canción. Se la saben de memoria y  cantan con toda devoción antes de que suene el timbre para irnos a casa.

Así me dijo un  compañero el otro día, que todos los viernes pasa al lado de mi clase con su grupo de plástica,  ¿por qué siempre a última hora están cantando los de 3º B?. Yo le corregí y le dije que además de cantar recitan a Machado con la ayuda de Serrat.
Para los que no la conocen, aquí la dejo, y también les animo a que la canten algún día al ritmo de Serrat.

LAS MOSCAS
Antonio Machado

Vosotras, las familiares,
Inevitables golosas,
vosotras moscas vulgares,
me evocáis todas las cosas.

¡Oh viejas moscas voraces
Como abejas en abril,
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!

¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!

Y en la aborrecida escuela,
raudas moscas divertidas
perseguidas
por amor de lo que vuela,
-que todo es volar-, sonoras
rebotando en los cristales
en los días otoñales…

Moscas de todas las horas,
De infancia y adolescencia,
De mi juventud dorada;
De esta segunda inocencia,
Que da en no creer nada,
De siempre… Moscas vulgares,
Que de puro familiares
No tendréis digno cantor:

Yo sé que os habéis posado
Sobre el juguete encantado,
Sobre el librote cerrado,
Sobre la carta de amor
Sobre los párpados yertos
de los muertos.

Inevitables golosas,
Que ni labráis como abejas,
Ni brilláis cual mariposas:
Pequeñitas revoltosas,
Vosotras, amigas viejas,

Me evocáis todas las cosas.