martes, 21 de enero de 2014

En busca de la alternativa

Un año más me encuentro ante la difícil tarea de que hacer con mis alumnos en alternativa a la religión. Este año más que ningún otro, pues doy alternativa a más de un nivel.
¿Qué hacer en alternativa?, buena pregunta, pues que yo sepa ni el ministerio ni la consejería tienen ningún programa específico el cual los maestros podamos seguir y basarnos en él. Mas bien es un “laissez faire”.
No se pueden hacer deberes, pues los alumnos de religión estarían en desventaja  con respecto a los de alternativa. Tampoco se puede repasar ni reforzar contenidos por el mismo motivo.
En religión hay un maestro/a específico que imparte esta materia. Maestro que es designado y contratado por la iglesia-consejería. Y que nadie me entienda mal, son maestros igual que cualquiera de nosotros, personas que por encima de todo buscan educar a nuestros alumnos. Yo he tenido formidables compañeros y compañeras de religión, sobre todo un maestro al que tengo especial cariño y que gracias a él pude volver a cierto colegio perdido en la montaña. Una persona excepcional, que además se preocupa como el que más por sus alumnos, por su colegio y por su pueblo. Poco reconocido por los padres, en más de una ocasión creo que no le han tratado ni le han demostrado el respeto ni el reconocimiento que se merece.
Tarde o temprano lo harán. Un día de estos te haré una visita, no lo dudes. Desde aquí, mi abrazo más sincero

La alternativa genera un conflicto porque no se contrata a ningún profesor, son los tutores los que al final debemos de hacernos cargo de este tiempo(pues no es ni una materia) por el mismo precio por supuesto.
Religión es evaluable y ahora contará como nota media, alternativa no. Así podría tirarme escribiendo muchas parrafadas comparando una con otra.
No me merece la pena, pues no dejamos de ser títeres ante la administración y los políticos y por mucho que me queje poco voy a conseguir, aunque este es mi diario y tengo todo el derecho a escribir lo que pienso.
Puedo entender, aunque estemos en un estado aconfesional, que si alguien tiene inquietudes espirituales está en su derecho el poder decidir en sus hijos un estudio más determinado de una doctrina religiosa. Aquí se impone una doctrina religiosa concreta, por cierto.
Lo que me molesta es que no exista ningún programa específico para trabajar en las horas de alternativa a esas religiones.
Todos los años es la misma historia. Lo más gracioso es que depende en que centro estés debes pedir permiso a los padres sobre aspectos a tratar en estas horas. Por ejemplo si quieres elaborar un programa el cual enseñe a los chicos la historia de distintas religiones, debes pedir permiso.

En algún que otro curso me he decidido por elaborar un programa sobre mitología. A los chicos les motiva y además aprenden un poquito de historia. Este año comencé con la “gran mayoría” de alumnos de 6º de alternativa(por cierto es muy curioso ese fenómeno por el cual los alumnos pierden la fe después de 3º de primaria, es decir, después de la “comunión”) con mi programa de mitología, algo por lo que no tengo que estar pidiendo permiso a las familias, y además tampoco crea ningún quebradero de cabeza a dirección.
Tras terminar el primer trimestre creando un mural informativo sobre el Olimpo y los dioses griegos y romanos que ocupa toda la pared del AMPA, me disponía a comenzar el segundo trimestre con la mitología egipcia y en el tercero con la nórdica. Pero los chicos de 6º a los que doy alternativa y con los que he conectado bastante bien, aprovechan la ocasión para preguntarme sobre temas y aspectos cotidianos y que están en el día a día de nuestras vidas. No se si su tutor no les habla de ello o es que no tienen la suficiente confianza como para preguntárselo, pero creo que no dejan de ser contenidos importantes a desarrollar en el aula, y que nuestro deber como maestros es informarles, formales y educarles a la vanguardia de nuestra sociedad.
-Profe, ¿qué es eso de las células madres?.(Preguntó una alumna con suma curiosidad)
- Sí profe, y por eso hay tanto lio con los abortos.(Añadió su compañero)
Y a continuación siguieron varias preguntas con bastante desconocimiento.

La decisión fue muy rápida, a la siguiente clase les preparé un dossier adaptado a 6º de primaria, en donde les explicaba que eran las células madre, sus ventajas e inconvenientes. Además busqué dos textos, uno a favor y otro en contra, en donde ellos mismos son los que deberán de sacar sus propias conclusiones. Yo les ofrezco la verdad, ellos tienen que saber elegir su postura, no adoctrino solo enseño.
No he pedido permiso ni lo voy a pedir, pues voy a continuar mis clases de alternativa con temas que a ellos les despierten curiosidad. Quieren saber que es el SIDA, la sexualidad, los derechos humanos, las redes sociales, el uso de whatsapp (aunque antes de navidades ya les di una buena charla sobre el uso indebido de estas tecnologías). En definitiva ellos deciden, yo les enseño. Es lo que hay. Y que a nadie se le ocurra decirme lo puedo o NO puedo enseñar en mis clases de alternativa. Si no les gusta ya saben lo que tienen que hacer, trabajar como lo hago yo. 

A ver que nos depara esta nueva ley, aunque conociendo a José Ignacio, nada me va a sorprender.




sábado, 4 de enero de 2014

To Sir, with love

- “Ingeniero puede ser cualquiera, pero sacar adelante a estos chicos…, eso es un don señor Thackeray”.
Cuanto de cierto hay en esa frase de la película “Al maestro con cariño(To Sir, with love)”.

Yo no creo que ingeniero pueda ser cualquiera, es más creo que una ingeniería es una carrera muy difícil y costosa de terminar.
Pero sí hay de cierto en la frase que le dice el “señor Westhon” a Sidney Poitier, y es que tampoco un profesor puede ser cualquiera, en ocasiones hay que tener un “don”.
Adoro esa película, el otro día mientras mi hija dormía la siesta vi que la echaban por la tele así que preparé la comida rápido y  me puse a verla tranquilamente. La he visto unas cuantas veces pero no me canso de verla. De vez en cuando es conveniente volver a ver esta película, pues me enseña porque elegí esta profesión.
A pesar de ser una película antigua, si que refleja fielmente el entorno de un centro escolar. Me gusta, pues me identifico mucho con el señor Thackeray. Ese profesor que llega a un centro e intenta cambiar la sociedad con algo tan básico como son unas sencillas normas mezcladas con la ética y la moralidad. Colegios como ese de Londres se pueden encontrar aquí. Centros que quedan condenados a convertirse en guetos sin poder hacer nada para remediarlo. Ahí es donde entra la figura de el señor Thackeray. Es el  héroe a la sombra de la sociedad que llega a este centro sin mas remedio, pues ganar un sueldo es la base sostenible sobre la que giran nuestras vidas. Allí se enfrenta a situaciones a las que nos enfrentamos nosotros cada día y de igual modo intenta afrontarlas.
Nadie apostaría nada por el señor Thackeray, pero él demuestra su “don” siendo capaz de cambiar a esos chicos teniendo en cuenta las condiciones en las estaban.
Es precioso ver como poco a poco el señor Thackeray se va ganando no solo la confianza de sus alumnos, sino la de sus propios compañeros e incluso la del barrio. Ese respeto tan añorado que una vez tuvieron los maestros. Ver como se emociona no solo él sino yo también, cuando al final del curso sus alumnos le regalan esa canción dándole las gracias, las gracias con amor:
To Sir, With Love    



Sin duda es una escena en la que todavía me sigo emocionando cuando la veo.
Cuando pasé un curso por Navalcarnero en un principio no creí que tendría que ser el señor Thackeray. Pero las condiciones, el entorno y el perfil de alumnado hacía indicar que así sería. Fue un año muy duro pero reconfortante.
Últimos días antes de las vacaciones, estaba dando clase tranquilamente cuando llamaron a la puerta. Entraron casi todas las madres, los chicos conjurados con ellas no me había dicho nada aunque al verles sus sonrisas picaronas entendí en complot.
Lo emotivo de aquello no fue el regalo sino la carta que escribieron. Una carta muy parecida a la letra de la canción de Lulu Frieda. Alguien les dijo lo que significaba esa canción y esa película para mí(desde aquí le doy las gracias por ese detalle).
La carta la tengo junto al cuadro enmarcado que me regalaron con la foto de toda la clase.

Como el señor Thackeray, yo también me emocioné  reaccionando como él. Cuando él se encuentra sólo en su despacho leyendo las dedicatorias de sus alumnos se da cuenta que tiene que seguir siendo maestro. Rompe la carta con la oferta de trabajo de ingeniero y decide continuar con su cometido. Si ha sido capaz de cambiar a esos chicos podrá con los del curso siguiente.

Pensar así es la manera de afrontar mi trabajo, esperando lo mejor de uno en cada curso y que ejemplos como el de el señor Thackeray o mi paso por Navalcarnero no caiga en el olvido, ya que gracias a ellos un maestro sale adelante.
Como no contar esta anécdota en mi diario, claro que sí. Sólo necesitaba encontrar el momento perfecto para recordarla.

Gracias señor Thackeray



For all students, with love. (Para todos mis alumnos, con amor)