martes, 18 de junio de 2013

Porque no hice la prueba de 6º

Dentro de las muchas páginas relacionadas con el ámbito educativo que cada día intento visitar y leer , me impactó tremendamente el encontrarme con la experiencia en primera persona de una alumna que ante todo lucha por sus derechos.
No he podido evitar copiar su declaración y copiarla en mi blog. Es la mejor manera de recordarme que por encima de todo están los principios y las libertades fundamentales de las personas.

Yo, soy un idealista y ejemplos como el de esta alumna me recuerdan que no debo rendirme ante nada ni ante nadie.

Hay más personas que también libran locas cruzadas.

Con alumnos así.., el mundo SÍ puede cambiar.

SU PROFESOR LA DESCRIBE: Sara es una de mis exalumnas favoritas, de expediente académico sobresaliente, es generosa, tierna y solidaria. Tiene el afecto y la estima de todo el grupo sobre el que ejerce unos de esos liderazgos silenciosos, que apenas se nota, pero que hacen mejor al colectivo. Le gusta investigar sobre historia y escribe unos espeluznantes cuentos breves de terror. Cuando les leo, a ella, a Adrián, pienso que el cole está consiguiendo su objetivo de formar personas autónomas, valientes, críticos, solidarios ...

 SARA: Hola, voy a 6º y os voy a contar como me he sentido y como he vivido la prueba de 6º


Hola soy una chica de 11 años, voy al colegio palomeras bajas.
El 8 de mayo un día después de la prueba de 6º aparecieron los inspectores, para hacernos la prueba a los que no la habíamos hecho, separamos las mesas y nos colocamos por orden de lista en ellas.
Luego nos entregaron el primer examen que era un dictado, geografía y cultura de la edad media.
Empezamos por el dictado, nuestra profesora nos leyó el texto, pero mi amiga y yo no lo hacíamos, entonces vino la inspectora y nos dijo ¿Por qué no lo empezáis?”, nosotras dijimos que no lo queríamos hacer, entonces ella dijo en alto “profesora dile a estas niñas que consecuencia tiene no hacer la prueba, actúa como tutora” nuestra profesora nos dijo “es  obligatorio hacer la prueba” nosotras le dijimos que ya lo sabíamos, pero no estábamos de acuerdo con hacerla. Ella nos dijo que tendría que hablar con nuestros padres, luego vino la inspectora y puso en un papel el nombre de mi amiga y mío. Pero luego más gente se fue uniendo a nosotras hasta que al final fuimos 14 niños (más de la mitad de la clase) los que nos negamos a hacerla.
Tuvimos que aguantar mucha presión durante 1 hora, la inspectora nos amenazaba diciéndonos que nos iban a expedientar a nosotros o a nuestra profesora.
Luego cuando ya paso la hora como “premio” dejaron salir al patio a los que habían hecho la prueba y los que no lo habíamos  hecho nos dejaron en clase escribiendo por que no habíamos hecho la prueba.
Luego toco el examen de matemáticas, nos negamos 12, un niño de los dos menos confeso que hizo esa prueba por que tenía miedo de que expedientasen a nuestra profesora.

 Me Sentí…
Me sentí presionada, asustada, preocupada por si me expedientaban a mí o a mi profesora.
Veo esto como…
Veo esto como una prueba para poder resistir en el futuro, como un ejemplo para poder luchar por mis derechos.

15 de mayo de 2013

miércoles, 12 de junio de 2013

Tortura con Problemas


Llevaban desde de que comenzó el curso dándome el tostón:
Profe ¿Podríamos hacer un Taller de Resolución de Problemas como el que hicimos en 3º?. Así un día y otro y otro…, que pandilla de pesados…

Siempre me ha gustado innovar en mis clases, hará casi 4 años me inventé un “Taller de Resolución de Problemas” muy particular. Lo he utilizado en varios centros y aunque es muy lúdico (más bien constructivista) motiva y divierte muchísimo a los chicos.
Este año, aquellos alumnos de tercero que estrenaron el Taller, hoy están a punto de promocionar al instituto. Toda mi obsesión era mejorar la resolución de problemas y dejando atrás teorías constructivistas, a las que cada vez tengo más manía, me centré en la realización de estos con otro enfoque más tradicional.
Se tenían que enfrentar a la CDI, van a pasar al instituto, alcanzar y conseguir uno de los objetivos generales de la educación primaria, el objetivo “g”…, cuanta presión. Yo soy el profesor de matemáticas y el responsable de esos resultados.
Aposté por un enfoque más clásico y tradicional, pero  el que mejor  funciona.
A los chavales les aburre, les desmotiva y no les gusta, pero es el que mejor  funciona.
Al final del curso  decidí repetir el taller de resolución constructivista y funcionó muy bien, mejor de lo que yo esperaba, es más, antes de terminar el curso puede que lo vuelva a repetir. En ambos enfoques los alumnos aprenden, la diferencia es que en uno disfrutan mientras que el otro es una imposición y obligación. Uno va enfocado a su aprendizaje personal y el otro cumple una función, que los alumnos sean capaces de resolver una subjetiva prueba CDI que no sirva nada más que para desprestigiar la escuela pública.  Sigo pensando que esta prueba, es el centro quien debería prepararla y no un grupo de pedagogos de despacho que no han pisado un aula en su vida y no tienen ni pajolera idea de lo que se enseña, se pelea y se sufre en las trincheras(en las aulas). Anteponer la motivación de mis alumnos por desempeñar un papel notable en dicha prueba es trabajar en contra de mis principios, pero hay que cumplir con la voluntad de la “Estrella de la Muerte”.
Si algo he aprendido este año, es que ambos enfoques  se podrían haber trabajado. Tanto me he centrado y obsesionado con que los chavales promocionen “con excelencia” que olvidé unos de mis pilares básicos. 
"¿Me estaré contagiando de la Ley Wert?" ¡Qué Horror!

Trabajar con una espada de Damocles apuntándote directamente no ayuda a los profesores ni tampoco a la escuela.
Jugarse a una carta los conocimientos adquiridos a lo largo de una etapa no es justo para los chavales. Parece como si no se confiase en los profesores, como si tuvieran la necesidad de demostrar que los alumnos no aprenden y que los profesores no sabemos enseñar.
Me alegró saber que los chicos se seguían acordando del taller que una vez realizaron  en 3º, me alegré aun más cuando descubrí que a largo plazo se obtienen resultados. Si de algo estoy convencido, es  que creo ciegamente en lo que hago y estoy seguro que aportó más a su formación un enfoque que otro.
En breve tengo que opositar, todos los años cae algún supuesto práctico en el que hay que desarrollar algún método de resolución de problemas. Si el tribunal que me toque es “constructivista” puede que le guste el primer taller, si por el contrario es “Clasista” sin duda el otro. 
Espero que el día del examen la clarividencia esté de mi parte.